¿Es tiempo de que los museos reconsideren su propósito en línea?

De lo que voy a hablar de hecho es de cumplir con una misión, y si soy honesto, nada de lo que diga es particularmente radical, innovador o revolucionario — es todo bastante simple y obvio. Pero sólo porque es simple y obvio no significa que fue necesariamente fácil para nosotros implementarlo.

 

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Anillo de plata esterlina, 1993.1, JY108, fotografía por Jennifer Carol, © Museo de Auckland CC BY NC.

 

En el Museo de Auckland tenemos una declaración de misión y visión bastante sólida:

Enriquecer la vida de las personas e inspirar descubrimientos + conectar a través del intercambio de historias de gente, tierras y océanos.

En los últimos seis años entendí mi rol y mi propósito en ayudar al museo alcanzar esta misión — poner los metadatos de nuestras colecciones en la web en un sitio al que inteligentemente llamamos Colecciones en Línea. En los últimos cuatro años, he estado en el National Digital Forum hablando de las varias etapas de éxito que hemos tenido en cumplir esta misión. Adoptamos una política de acceso abierto como regla, cerrados solamente por excepción, liberamos un millón de registros, aplicamos una licencia CC BY a 350.000 imágenes, creamos una API que sigue los principios de datos abiertos enlazados (linked open data). El museo también invirtió fuertemente en hacer que las colecciones estén listas para ser colecciones en línea. Cerraron una galería para crear el centro de colecciones, emplearon 7 fotógrafos y 16 catalogadores para enriquecer los registros. Este equipo crea 2000 nuevas imágenes y 2000 nuevos registros cada mes y en promedio actualizan 5000 registros cada día. Cuando hicimos el lanzamiento vimos un impactante incremento del 700% en el tráfico al sitio, sin embargo, ahora se amesetó y mes a mes vemos el mismo número de usuarios. No es que por cada 2000 nuevas imágenes ganamos 2000 nuevos usuarios. Así que hace 18 meses atrás empezamos a escarbar en los datos para ver cómo podíamos incrementar nuestra base de usuarios.

La respuesta que nos dimos es simple y obvia: a la mayor parte de la gente no le importa, no sabe o siquiera le importa saber sobre Auckland.  

Es obvio: con millones de personas en el planeta, muchas simplemente no saben que Auckland existe, mucho menos que tenemos un Museo Conmemorativo de la Guerra, y que en el Museo hay un departamento de botánica con especímenes recolectados por Joseph Banks. Nuestros datos apoyan esta teoría, la mayoría de nuestros usuarios nos visitaban de Nueva Zelanda, una audiencia que ya sabe de nosotros. Me di cuenta de que no estábamos cumpliendo con nuestra misión, o que simplemente estábamos cumpliéndola en una pequeña escala local. Había hecho un sitio web que seguía los principios del edificio físico: crear una plataforma, esperar que la gente aparezca, darles datos e imágenes. No había balanceado el poder de la web, había entendido mal mi propósito. No se suponía que estuviera construyendo una colección en línea, sino que tenía que estar poniendo nuestras colecciones en línea. Y esto significaba en todos lados.

Así que era hora de redoblar mis esfuerzos, íbamos a amplificar las Colecciones a través de la colaboración, estableciendo alianzas con organizaciones afines que compartieran nuestra pasión por el acceso abierto y que sirvieran a una audiencia en la búsqueda por conocimiento y creatividad. Entendiendo que esta era la mejor manera de cumplir nuestra misión, acordamos que nos íbamos a comprometer a cada alianza con entusiasmo, compromiso y respeto — simple y obvio.

 

 

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Cartera de mujer, 1995X1.301, fotografía por Jennifer Carol, © Museo de Auckland CC BY

La primera y la mejor decisión fue hacer un acuerdo con Digital New Zealand. Digital NZ provee un servicio de agregación que reúne e indexa todo el contenido digital cultural de Nueva Zelanda y que trabaja con aliados internacionales como Europeana y la Biblioteca Pública Digital de América para compartir nuestro contenido en una escala global. Ellos hacen todo el trabajo pesado en lo referente a la ingestión de metadatos y la cosecha regular de nuevos registros. Utilizando su panel de control, nuestro contenido en DigitalNZ tiene más vistas de páginas y más interacciones (descargas, clicks sobre imágenes) que nuestro propio sitio — de hecho, vemos que nuestras colecciones se utilizan más en un mes en DigitalNZ que en 3 o 4 meses en nuestro sitio.

¿Tiene alguna relevancia esto? ¿Como organización nos importa que nuestro contenido se utilice en otra parte? Esto nos lleva de vuelta a la misión — inspirar y conectar — y eso puede y debería pasar en cualquier lado.

Luego, hablé con nuestros investigadores de Ciencias Naturales, preguntándoles adónde iban para encontrar datos taxonómicos y de especies. Sin sorpresas, no iban a la colección en línea del museo, usaban agregadores internacionales como GBIF, la Biblioteca del Patrimonio de la Biodiversidad y el Atlas de la Australia Viva. Simple y obviamente, utilizan los ecosistemas de búsqueda a los que están acostumbrados. Aquellos diseñados para sus datos. Así que nos unimos, con entusiasmo, compromiso y respeto — subimos todos nuestros datos y entrenamos a nuestro equipo para trabajar con sus herramientas.

Es tiempo para algunos grandes tontos números — promediamos 20.000 descargas en la colección por mes a través de nuestros agregadores de ciencias naturales. Nunca hemos visto números semejantes en nuestro sitio web. Pero esto no importa — la misión es inspirar y conectar, no obtener visitas a nuestro sitio web. Nuestros registros están siendo usados. Están siendo usados para investigaciones sobre bioseguridad, ciencia ciudadana, investigación taxonómica y educación — eso es lo que importa, eso es cumplir con la misión.

Luego miramos al portfolio de sitios que habíamos empezado y dejado. Pinterest fue el mejor ejemplo. Empezamos nuestra página cuatro o cinco años atrás, la llenamos con fotos de casamientos mostrando los museos como una sede para alquiler de eventos — tiene sentido, ¿acaso no es la mayor parte de Pinterest sobre casamientos y peinados? Hoy por hoy es mucho más. Comprometimos 5% del tiempo de uno de los miembros de nuestro staff para mejorar nuestro perfil — en el gran esquema de cosas esto era simplemente unas horas a la semana que podían incrementar nuestro alcance dramáticamente. El miembro de nuestro equipo involucrado era parte de nuestro equipo de colecciones, así que entendía qué contenido enriquecido se estaba generando y que entendía la audiencia. Esta no era una multitud que iba a aceptar un volcado de metadatos en XML — seleccionaron imágenes ricas, diseñaron las leyendas y establecieron esquemas de publicación automáticos. 

Más grandes tontos números — ahora tenemos en promedio 60.000 interacciones con nuestro contenido en Pinterest cada mes, gente fijando, coleccionando y compartiendo nuestras imágenes — esa es la misión, hemos conectado, hemos inspirado, hemos compartido nuestras colecciones más allá de Auckland y Nueva Zelanda. Ahora, la mayor parte de la gente no viene de vuelta al catálogo de nuestras colecciones en línea, pero eso está bien, porque esa no es la misión.

Ahora tenemos 22 alianzas establecidas con organizaciones afines para probar y colocar nuestro contenido afuera, en espacios digitales donde nuestras audiencias ya están buscando. Esto significa no forzarlos a venir a nuestro sitio. Esto significa aceptar que no saben sobre (o no tiene por qué importarles) nosotros como institución pero que sí les importa nuestra colección.

Hay otro sitio más del que quiero hablarles y, para ser honestos, es el sitio del que todos hemos oído hablar un poco y del que pienso que vamos a escuchar un poquito más en esta conferencia. Hemos escuchado las charlas apasionadas de gente como Siobhan Leachman y Mike Dickison sobre la promesa de Wikipedia en conferencias previas, me senté ahí escuchándolos a ellos, fascinado por la promesa. Pero siempre terminaba en la canasta de lo más difícil. Luchaba para ver cómo este concepto abierto de un sitio web que permite que cualquiera edite contenido podía funcionar con nuestros sistemas y flujos de trabajo tradicionales.

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Astraea heliotropium, MA10574, fotografía por Andrew Hales, © Museo de Auckland CC BY

El año pasado decidimos que era hora, con entusiasmo, respeto y compromiso, de unirnos al movimiento de Wikipedia. Nos conseguimos un Wikipedista-en-residencia que empezó entrenando a nuestro equipo y empezó a cambiar la cultura interna para comprender qué podía hacer este sitio.

Luego encontramos voluntarios en línea y estos voluntarios subieron imágenes a Wikimedia Commons por nosotros. De hecho, subieron cien mil imágenes por nosotros, clasificando y etiquetando imágenes para ser utilizadas en varios de los proyectos de Wikimedia. Estas imágenes son ahora utilizadas en 2.000 páginas de Wikipedia en 83 idiomas. Nunca hubéramos podido soñar con hacer eso por nuestra cuenta – a veces luchamos para conseguir que un idioma funcione y aquí estamos con ochenta y tres idiomas mostrando nuestro contenido al mundo. Eso es cumplir con nuestra misión.

Luego miramos a algunos de nuestros objetos más populares en Wikipedia. Una imagen, en particular, recibe un cuarto de millón de vistas cada mes – me explota la cabeza que nuestro contenido pueda ser usado de tal manera, que nuestros objetos puedan inspirar historias alrededor del mundo. Ese mismo objeto ha tenido 50 visitas en nuestro propio sitio web en los últimos tres años (y estoy un 90% seguro de que la mayoría son mis visitas mirándolo y tratando de entender qué es lo que está pasando).

Pero con un cuarto de millón de visitas en Wikipedia casi nadie viene a nuestro sitio. Así que, ¿importa que nuestra imagen apareció enfrente de los ojos de alguien por un segundo? Importa porque alguien la vio. Importa porque una persona quizás haya sido inspirada por ella. El hecho que menos del uno por ciento de esas personas de hecho hace click y viene a nuestro sitio web no importa. La misión es conectar e inspirar, no contar vistas de página en un sitio web. Cuando eso empieza a tener sentido todo empieza a tener sentido. Ahora se supone que tengo que dedicar algo de tiempo a responder la pregunta: «¿necesitamos una colección en línea?»

Yo necesito un trabajo, así que sí, pienso que sí.

Pienso que es una base sólida, a partir de la cual todo lo demás puede ser construido pero que nadie más va a hacerlo, así que tenemos que hacerlo. Pero no pienso que todos tengan que seguir nuestro camino. No pienso que todos tengamos que hacer lo mismo. Nosotros abrimos nuestra colección por defecto, luego construimos una plataforma, la llenamos con hermoso contenido enriquecido, hicimos una API y después trabajamos con alianzas. Quizás si tu institución tiene tiempo limitado, quizás si tenés recursos limitados, necesitás directamente saltar de un extremo al otro. Enfocarte en trabajar con aliados desde el comienzo, no reinventar la rueda con tu propio sitio web.

Hay que empezar a pensar cuál es tu misión y cómo mejor podés cumplirla. Entonces quizás te des cuenta que tu misión no es contar visitas a la página, tu misión es conectar a la gente con objetos, contar historias y celebrar la diversidad de la cultura humana. Recordarte a vos mismo por qué estamos haciendo todo esto y honestamente creo que el resto es simple y obvio.

FIN

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reloj de bolsillo, H251, 5350 / 25, fotografía por Jennifer Carol © Museo de Auckland CC BY.

 


Esta es una transcripción aproximada de la charla de Adam Moriarty en el National Digital Forum en el 2018: ¿Cómo en el Museo de Auckland nos enfocamos en hacer conexiones e inspirar a nuestras audiencias antes que contar visitas a nuestra página? El post original está publicado en Medium. Traducción por Evelin Heidel, licenciada bajo una CC BY 4.0.

Al igual que las anteriores entradas de Douglas, tradujimos este artículo porque tiene un enfoque interesante sobre cómo se puede diseminar la colección incluso si no se tiene un gran sitio web. Entiendo que la perspectiva de un equipo gigante como el que plantea Adam (7 fotógrafos y 16 catalogadores) suena poco realista para las posibilidades de las instituciones culturales de América Latina, pero creo que salvando esas distancias mucho de lo que dice es aplicable en nuestro contexto.